Serie de fotos enviada a la XIV Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen. A ver qué pasa.
Si hablan antes que dispare el obturador, la cámara ya no es cómplice de mi paranoico afán de explorar su intimidad. El esfuerzo de leer los labios es muy conflictivo, apenas alcanza para entender la mayoría de las palabras pero es insuficiente para entender lo que pretendían decirme, por eso, sin fotografías me siento ausente, neutral, invisible, como un extranjero que se quedó sin interprete. Estas fotografías son una mirada desde el silencio.